De forma reiterada e incrementándose año tras año, los concursantes que envía nuestro país hacen gala de un espectáculo bochornoso (al nivel del concurso, sobra decir) y de un resultado muy por debajo de las espectativas de la caspa nacional*. ¡Vaya! Hemos quedado antepenúltimos. No lo entiendo ¡si somos los mejores!
Lucía Pérez, la concursante de este año 2011, ha logrado un esplendoroso 23º puesto sobre 25. Sin embargo, ella salió diciendo "hicimos un buen papel", "hemos conseguido dejar a España bien" y lo mejor y más español de todo, "me siento ganadora". Finalmente, imagino que entre bambalinas y copas, reconoció que la canción no le gustaba demasiado cuando se la adjudicaron y que "a lo mejor con otro tema podría demostrar mi capacidad interpretativa más...". Está claro que el problema es del supercompositor y no de la supercantante.
En 2009, la concursante Soraya consiguió quedar penúltima con su mierda de canción. No obstante, su salida del concurso fue gloriosa, con declaraciones como que Alexander Rybak, el ganador, era un "niño mono que vende mucho" o que el penúltimo puesto conseguido en el concurso con su canción "es un castigo de Europa", que España "no se merecía", por no haber retransmitido TVE en directo las semifinales. España quizás no se lo merecía, pero esta extremeña rubia de bote es evidente que no tiene claro el concepto de lo importante es participar.
El gen del orgullo español y de "la-culpa-es-de-cualquiera-menos-mía" no son exclusivos de los políticos, en contra de todo pronóstico. Es de tirada nacional.
* Puestos conseguidos en los últimos años: 21º en 2005, 21º en 2006, 20º en 2007, 16º en 2008, 23º en 2009 y 15º en 2010 y 23º en 2011
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